No suelo ver las noticias de mi país. No
es porque quiera ser ajeno a lo que sucede en mi patria, sino porque soy
consciente del tipo de información que brindan la mayoría de los medios de
comunicación: escandalizada, falsa y a veces basada en percepciones.
Sin embargo, hace dos días, extrañé como
nunca el país donde nací -lo que no quiere decir que no extrañe a mi familia- y decidí ir
al buscador de Google. Escribí la palabra “Perú” en la sección noticias del
navegador y esperé milésimas de segundos para enterarme que tres bomberos
habían muerto en su afán de apagar un incendio, en el distrito de “El Agustino”, en Lima. Títulos como “Tres héroes mueren en su lucha”,
“Bomberos muertos en incendio son declarados héroes” y “Tres bomberos
sacrifican su vida” fueron algunos de los que pude leer inmediatamente en los principales noticieros.
¿Qué les pasa a
las autoridades, a los medios de comunicación, y a la gente en general?
Como nunca,
después del incendio y, sobre todo, tras conocerse la muerte de tres bomberos,
mucha gente empezó a llevar comida a los bomberos sobrevivientes para que se
alimenten y recuperen energía. Está bien, es un acto de solidaridad, pero… ¿qué
hubiese pasado si no hubiese muerto ningún bombero? ¿Acaso habrían actuado de
la misma manera? Son preguntas que nacen a partir de los antecedentes, porque
de los centenares de incendios en los que los bomberos han luchado por salvar
vidas e infraestructura, casi nadie se ha acercado para agradecerles de una
manera grata.
Por otro lado, me da risa que
las autoridades pretendan quedar como los “buenos”
de la trágica película. “Vamos a darles un seguro a todos los bomberos en caso
de tragedias como ésta,” es una de las tantas frases que el Ministro del
Interior ha dicho en entrevistas de prensa a propósito del hecho trágico que ha
enlutado a tres familias. ¡Por favor, señor Ministro! ¿Es necesario esperar que
alguien muera para recién hacer algo? ¿Por qué los políticos no son voluntarios
y les otorgan su salario a los bomberos, quienes son héroes no porque hayan
muerto, sino porque entregan su vida por otros? Lamentablemente la poca
capacidad política hace pensar que es necesario morir para recién ser reconocido,
en otras palabras, es triste saber que aunque los bomberos existan físicamente,
éstos no existen socialmente.
Un bombero no
es sino la demostración de una solidaridad que no espera nada a cambio. Un bombero es símbolo de esa esperanza perdida a causa del desastre político y
social que el Perú vive. Un bombero es un ser humano, y, por lo tanto, debe ser aceptado y ser
reconocido en vida.