sábado, 28 de noviembre de 2015

ANTI-SOCIAL



En más de una oportunidad he escuchado decir que las personas que no hablan son “anti sociales”. ¿Es eso cierto? Cada vez que escucho a alguien pronunciar dicha frase, mi cuerpo empieza a sentir una tristeza muy grande por las personas que jamás en su vida tuvieron la oportunidad de hablar. No es que me refiera solo a los mudos, que por cierto deberían sentirse indignados e incluso molestos con quien inventó esta palabra ambigua, sino también por los oprimidos, por quienes expresan sus ideas y emociones sin necesidad de “gastar saliva”.

Un día, mientras buscaba una palabra en el diccionario, sentí la necesidad de matar a la palabra “anti social” para después descuartizarla y, utilizando el cuchillo de la razón, dividirla en anti y en social. Entonces deposité mi confianza en la Real Academia de la Lengua Española y encontré dos significados diferentes:

Social.- Perteneciente o relativo a la sociedad.

Anti.- Opuesto o contrario

¡Interesante! ¿Acaso los niños, los tímidos, los mudos y todos los que no hablan por desconocidas razones no son parte de la sociedad? ¿Qué poder tenemos para soltar tan inapropiada palabra que no tiene ninguna relación con el “no hablar”? Bien, seguro a muchos los asuntos de la lengua no les importa, pero de hoy en adelante, cuando a alguien se le ocurra nombrar “anti social” a alguien que no pronuncia una sola palabra usando su boca, entonces no sentiré tristeza por los oprimidos y los mudos sino por quien la dice.
La ignorancia a veces nos hace sentir importantes.

Continuará…

Mi amigo canadiense II



¡Qué puedo decir! Durante este año y medio he aprendido que la verdadera amistad supera la distancia, que la vida no se termina por una relación que no tenía futuro. He aprendido que el estrés te condena, pero que tienes la libertad de aceptarla o no. Parte de ello se lo debo al hermano que jamás tuve cuando era pequeño, pero que pude encontrar en este lugar mágico. Me refiero a mi amigo Julien.

Julien se expresa al mundo con total delicadeza, siempre manteniendo un balance entre lo académico y lo social. Alguna vez quise seguir su modelo, pero me di cuenta que no siempre es bueno imitar, sino ser como en realidad eres. Así ha sido y así será.  Aunque no sea una persona locuaz, parte de mis sentimientos y emociones las expreso a través de las palabras. Al fin y al cabo, no deja de ser lenguaje.

Mi amigo canadiense me saca una sonrisa aun cuando la esperanza parece desaparecer del alma. Siempre atento, siempre él. En más de una oportunidad he afirmado que he sido muy afortunado al conocerlo, al haber sembrado juntos un árbol que, aun en otoño e invierno, no deja de florecer.
Julien, hermano, el tiempo es una unidad efímera y los recuerdos se van almacenando en la memoria, como lo hace un escritor en las páginas de un libro. Recuerdos que tienen forma de fotografía, que en el momento menos esperado llegan a la mente y te permiten transportarte al pasado sin necesidad de una máquina del tiempo. Los días se van, es cierto,  y cada día que pasa es un día menos en esta escuela. Pero déjame decirte algo: la distancia es solo una palabra. Estoy seguro que, aunque los años pasen, esa hermandad no dejara de existir entre nosotros.

Orgulloso estoy de ti por lo que estas logrando.

Te quiero amigo


lunes, 26 de octubre de 2015

Cuando la melodía hiere




    Hoy mi profesor de música tocó la nota musical equivocada. No era la primera vez que lo hacía, pero hoy cometió su peor error. La clave musical no fue Do mayor ni La bemol, sino la frase que de su boca salió:

 “Esperé un par de desastres, es decir, dos pésimos resultados en el examen. Estoy muy impresionado con los resultados. Felicitaciones.”
 
   Su frase me provocó una sonrisa que preferí no expresar al mundo exterior. Su frase, asimismo, parecía tener una melodía disjunta y una textura polífona, en donde la confusión y la amargura eran las responsables de la incoherencia en el ritmo.

    Estuve melancólico durante los treinta minutos restantes de la clase. Por un momento quise gritar, como una forma de lucha contra la subestimación. Esa subestimación de la que somos sujetos quienes no tuvimos la oportunidad de estudiar una determinada materia en un nivel de alta calidad. ¡Dichosos sean los que la tuvieron, porque de ellos depende el alabo del profesor! De ello dependerá que sean el ejemplo de la clase, la primera persona en responder.

     Y seguiría escribiendo páginas enteras, pero, como diría Julio Cortázar, “las palabras faltan cuando lo que hay que decir desborda el alma”.



La nuera




   A mi madre nunca le gustó la idea de tener una nuera. No es que quisiera casarme siendo tan joven, sino que el hecho de verme besando a una chica le provocaba una enfermedad incurable.

   Aunque su manera de pensar no influyó en mi pubertad, ahora de joven me persigue, sometiéndome a un cuadro de inmenso miedo y confusión cada vez que me acerco a una mujer.  ¿Habría querido mi madre que me case con un hombre? No lo sé.

  Ayer conocí a una chica, de buenos modales y gran personalidad. Su voz parecía dominar mis sentidos, su mirada me atrapaba. En ese instante, cuando todo parecía volver a la normalidad, me acordé de mi madre, y la chica que había conocido se marchó, sin decirme ni una sola palabra.

  Tal vez su silencio fue la prueba del poder que tienen las madres.




domingo, 25 de octubre de 2015

Cien mil veces



        
    

       Cien mil veces he escuchado que las personas antisociales son las que no hablan. Cien mil veces he sido testigo de aquella exclusión entre culturas que se supone no debería suceder. Cien mil, si, cien mil veces he intentado decirle al mundo que existo, que a pesar de mi silencio, valgo mucho. Y es que el silencio se ha convertido en el símbolo de la mudez. ¿No se han dado cuenta que mudo no es quien no habla sino quien no expresa lo que siente? ¿Acaso no podemos concebir al silencio como una manera de expresión?



martes, 12 de mayo de 2015

La mosca

-¡Alguien vendrá a visitarnos!- decía mi madre, cada vez que un moscón entraba a nuestra casa, creando un incómodo ruido del que era difícil escapar. A mi madre le gustaba decir frases cuya proveniencia desconocía, pero que la hacían sentir sabia, aunque el mundo la desconociera. 

Una tarde, una pequeña mosca ingresó a mi casa y empezó a perseguirme. Le pregunté a mi madre si conocía alguna frase que tuviese relación con las moscas. Me dijo que no. Después de dos días de persecución, recibí una llamada un minuto antes de ir a dormir. 

Mi mejor amigo había muerto.

viernes, 1 de mayo de 2015

Antonio ya no miente

      
      Su madre le había contado cien mil veces el cuento de Pinocho, creando en él un trauma que hasta ahora lo aqueja. Decenas de espinillas comenzaron a aparecer en su rostro en plena adolescencia, creando una complejidad absoluta de la que mucho le costó salir. Una noche, de esas en las que el sueño se marcha hacia el otro lado del mundo, oyó una voz que decía:
-No mientas, y tus espinillas desaparecerán.
-Ahora resulta que la aparición de espinillas en el rostro han sustituido el crecimiento de la nariz- dijo, mientras intentaba conciliar el sueño.
Antonio ya no miente.

martes, 24 de marzo de 2015

El pasaporte



    Eran las cuatro de la tarde cuando Mariana se disponía a abordar el avión que la llevaría de regreso a Perú. Había estado durante casi un mes en esa ciudad donde todo está al revés, donde ser pobre significa ser rico, donde te cuesta hasta el aire que respiras y donde el viento parece cantar una canción infinita : Londres.

  Mariana había estudiado derecho, pero terminó siendo la asistenta de un reconocido economista. Nunca entendió qué tenía que ver una cosa con la otra, pero lo cierto es que no le iba mal en aquel trabajo que con tanto esfuerzo había conseguido.

   Londres había sido la ciudad que tanto anhelaba conocer. Desde muy pequeña le gustaba viajar en sus sueños, convirtiendo sus sábanas en aviones y su almohada en piloto. Cuando se le presentó la oportunidad de viajar a la capital del Reino Unido, como traductora (porque el reconocido economista no hablaba inglés, aunque en su título figuraba lo contrario),  su corazón pareció dejar de latir, producto de la impresión y la alegría.

   El trabajo que realizó como traductora fue excelente. Ya extrañaba estar nuevamente con su madre y hermana, comer un delicioso ceviche y leer los populares periódicos “chicha”.

 Una inmensa sonrisa se dibujó en su rostro tras escuchar el anuncio de abordaje. Tomó entre sus manos un pequeño equipaje de mano y se encaminó hacia la puerta de embarque. Sus piernas parecían temblar, como si una tragedia estuviese a punto de suceder.

  Luego de unos minutos la inmensa línea empezaba a decrecer y la espera se volvía menor.

-Disculpe señorita, pero este pasaporte no es suyo- le dijo una mujer rubia, trabajadora de la aerolínea.
-¿Qué dice?- le preguntó con un tono de desesperación.
-Usted no es la de la foto. Mire.

  Mariana seguía viendo su foto en el pasaporte, pero la encargada del check-in de la aerolínea no. Había un inexplicable cambio. Nadie lo entendía, nadie lo comprendía. Lo cierto es que esa tarde Mariana no pudo regresar al país que la vio nacer. 

miércoles, 18 de marzo de 2015

Hoy

      

           Jorge se dispuso a escribir un poema en un viejo cuaderno de notas, cuyas hojas contenían sus profundos sentimientos expresados a través de la poesía. Una pequeña foto de su eterna amada se convirtió en inspiración, haciendo que algunos versos se desprendan de su mente de una forma tan natural, que ni él mismo podía creer que los había escrito.


Hoy las olas han pronunciado tu nombre
hoy te he sentido a través del viento
hoy en mi alma has despertado
un profundo y bonito sentimiento

Y aunque te encuentres tan distante
te siento cerca de mí
porque no he dejado de pensarte
desde la primera vez que te vi

Sé que algún día volveré a verte
y prometo cantarte una canción
¡No temas! no quiero tenerte
solo quiero entregarte mi corazón

viernes, 6 de marzo de 2015

Ser niño trabajador I



     Imaginemos que la palabra “erradicación” desaparece junto a todos sus sinónimos. Tal vez ya nadie hablaría de “Erradicación del Trabajo Infantil” y el discurso de las ONGs e instituciones que promueven una “Infancia sin Trabajo” perdería poder de convencimiento al carecer de esta palabra, cuya importancia traspasa los millones de dólares que reciben e invierten en pro de sus objetivos.

     Frases como "No queremos niños trabajando, los queremos estudiando" o "un niño que trabaja pierde más de lo que gana" han sido inevitables escuchar a lo largo de mi etapa como niño trabajador. Frases que, más que transmitir un mensaje inspirador, hieren a quienes formamos parte de este grupo que  aún sigue siendo invisible ante los ojos del gobierno. Y de la sociedad.

    "El paradigma de la peligrosidad" y las posturas anti-trabajo infantil han sido los nutrientes que han permitido el crecimiento de una mirada negativa ante este fenómeno social. Sin embargo, desde mi experiencia personal, ser un "chiquillo que trabaja" me ha ayudado a entender una realidad que existe desde una visión hermenéutica y me ha dado, además, energía suficiente para sumarme a la lucha por la defensa de un "trabajo digno" en lugar de "un país sin trabajo infantil". 

     He oído en más de una oportunidad que la palabra mata. Y es cierto. He sido asesinado muchas veces, pero las ganas de continuar en esta lucha me han resucitado. Los más de tres millones de niños y adolescentes trabajadores peruanos me han salvado de esa muerte eterna, aunque ellos estén muertos socialmente. 

   Podemos escuchar un sinnúmero de opiniones en cuanto a la sociedad, pero lo cierto es que vivimos en una sociedad ciega y sorda. Ciega porque no ve a los NNATs, ese significante sector que lucha cada día por ser reconocido, a pesar de las adversidades políticas y sociales. Sorda porque aunque gritemos, hagamos marchas o consigamos una entrevista en TV (aunque suena complicado al tener una media farandulera), nuestra voz no es tomada en cuenta. Las palabras se las lleva el viento. 
La pregunta es: ¿habrá que romperle los oídos para que aprendan a escuchar por los ojos?

   Las niñas, niños y adolescentes trabajadores del Perú y del mundo tienen mucho que decir. Ellos y ellas, aunque niños, pueden convertirse en los doctores que sanen de una vez la ceguera y sordera que aqueja a la sociedad del siglo.

Pueden decir que estoy loco, pero dentro de mi locura tengo un poco de cordura.

Continuará...

domingo, 22 de febrero de 2015

El encarcelado


¡Estás loco!- me dijo, luego de decirle que se encontraba encarcelado. Lo veía pasar todos los días a lo largo de la avenida “Tarapacá”, junto a su padre, cubierto por una jaula transparente. Parecía gozar la pérdida de su libertad, se veía muy feliz. Sus sentimientos se escondían en una cueva oscura, profunda, en la mitad de su corazón, haciendo que sus latidos evoquen un presentimiento de muerte, una taquicardia irremediable.

Julio, su padre, poseía las llaves que podrían liberar al prisionero, pero las olvidaba en alguna parte de la casa, a propósito, cada vez que salía hacia la calle, haciendo imposible que el niño salga de esas rejas que claramente lo mantenían atrapado, pero que él no las podía ver.

Sentía melancolía cuando lo veía fingiendo ser feliz, aunque él no se diese cuenta que lo estaba haciendo. Me había convertido, pues, en una especie de nano-robot, capaz de viajar a través de ese cuerpo perdido, de esa alma confundida, en busca de respuestas escondidas, de sentimientos fingidos, de ideas aturdidas.

Mi niñez quedó marcada por esa oscuridad existencial, por esas preguntas sin respuestas, por esa pérdida de libertad que no me permitía ni siquiera decir una palabra. Ahora, con algunos años demás, sigo manteniendo el afán de ser liberado y para ello necesito que mi padre, y las personas en general, me faciliten esa llave que tanto anhelaba el niño y que ahora la necesito yo.

Mi amigo canadiense- Parte I


    La sonrisa no se le escapa aunque tuviese problemas. La esperanza tampoco.   

   Su alma parece salir hacia el mundo exterior para salvar a las almas moribundas; su mirada, profunda y única, transmite una sensación de calma eterna y sus gestos, delicados, sumergen a cualquiera a un cuadro de imaginación infinita. 

      Palabras me faltan para describir cuán increíble es. Él es mi amigo, mi compañero de la vida, mi hermano del alma; siempre apoyándome en los momentos de tensión y melancolía, sin importar el tiempo o el lugar. Siempre está allí. Sus consejos me han ayudado a esquivar aquellas adversidades que en algún momento sentí que se apoderaban de mí. 

 Gracias a la oportunidad de estudiar en UWC Atlantic College lo conocí, una tarde de otoño, en medio del bullicio desencadenado minutos después de aquel primer encuentro. En ese entonces mi vago conocimiento del inglés saltaba a la vista, al intentar decir algo más que un “Hello” o What is your name?, o simplemente al quedarme callado al no saber cómo expresar mis ideas en otro idioma.

Igor, Tarek, él y yo hemos hecho del colegio el mejor cuarteto. Su nombre es Julien Couture-Senecal y es de Quebec- Canadá.

¡Te quiero amigo! 

sábado, 21 de febrero de 2015

¡Todo ya se ha perdido!


Entonces caminó hacia su despacho, con un sin número de ideas en su mente que en vez de ayudarlo lo confundían. Un suspiro se desprendió de su alma confusa mientras intentaba plasmar en un papel arrugado algunas palabras que describirían sus sentimientos profundos, como una manera de liberarse de esa prisión amorosa. Fue así que de su mente saltaron al mundo exterior algunas palabras, llenas de poder, para describir, a través de los versos, aquel sentimiento de hipocondría.

Bajo la sombra de la tristeza me encuentro
Sollozando al saber que ya se ha ido
Intentando olvidar aquel recuerdo
¡Todo ya se ha perdido! 

Tantas promesas quedaron en el olvido
Ya ni el rastro se asoma ante todo lo vivido
La confianza, el cariño y la amistad
¡Todo eso se ha perdido!

Ya ni la lágrima consuela el alma herida,
Se siente sola, muerta en vida,
De solo recordar lo feliz que ayer ha sido
Y hoy triste, porque eso se ha perdido.

Al caer la noche siente un vacío,
Todo es un sueño, un sueño tardío
¿Por qué no está, por qué se ha ido?

¿Por qué todo se ha perdido?

lunes, 16 de febrero de 2015

UNA GUITARRA II


 

           Tarek parece buscar la luz en medio de la oscuridad nocturna y la calma en medio de la desesperación. Intenta cubrir aquella ansiedad que lo martiriza a través de esas grandiosas melodías que remedian lo que parece irremediable, por ejemplo, el frío de Gales.
          Su cama se ha convertido en aquella madre que, preocupada por el bienestar de su hijo, no hace nada más que acogerlo en su regazo. Las palabras de esos libros que descansan sobre su pequeño estante suelen salir al mundo exterior, cobrando vida, convirtiéndose en sus consejeros. Tal vez por eso ya no ve necesario contar sus problemas a una persona de carne y hueso. Al fin y al cabo, un libro puede ser una persona, con poderes mágicos, pues te sumerge a ese mundo donde sueñas despierto, donde respiras aun estando muerto.
        He aprendido de él que la música es más que leer una nota en el pentagrama. He aprendido de él que la vida es un viaje, en donde las intuiciones escapan de la realidad. Un viaje en donde el bus parece ser nuestra alma, y los frenos nuestra calma. Un viaje en donde no necesitas tener un brevete para conducir ni dinero para sobrevivir.
      Tarek, la distancia no existe. Gracias a la cámara de nuestra mente, los recuerdos cubren aquel agujero que renace en el corazón cada vez que observo ese rincón vacío y “ordenado”. Aunque estés en otro país, en otro continente, la esencia de tu amistad ronda cada día, porque aunque estés algo lejos, tus amigos de dormitorio te sentimos muy cerca.
Es una alegría de ser tu amigo.

martes, 3 de febrero de 2015

#Unión Civil YA



       A raíz de las protestas por el “Nuevo régimen laboral juvenil” (que, por cierto, celebro que se haya abolido), parece haber quedado en el abandono un tema que también es importante y que además originó varias marchas durante el año pasado. Marchas que, más que protestar, exigían el reconocimiento de un sector significativo que existe, pero que aún no es considerado como parte de la sociedad. Hablo del proyecto de ley de la Unión Civil.

   La propuesta del congresista Carlos Bruce desató una enorme polémica en la que hasta el Arzobispo de Lima “metió su cuchara”, invitando al pueblo peruano a rechazar dicha iniciativa y a considerar la frase “familia real” como primera dama de la nación y abanderada de la oposición. Pero, ¿qué significa ser parte de una “familia real”? ¿Es acaso que existe la “familia falsa”?

    El concepto de familia, desde mi punto de vista, va más allá de la unión entre un varón y una mujer, quienes al hacerlo, engendrarán hijos. Una familia es un grupo conformado por personas que hacen del amor la esencia del hogar, quienes comparten emociones, logros y consejos sin esperar nada a cambio; quienes convierten las pequeñas cosas en grandes. Por lo tanto, si dos personas del mismo sexo deciden unirse, también deben ser considerados como una familia.

   Chile se ha sumado a la lista de países que han aprobado “La Unión Civil” entre parejas homosexuales. ¿Cuándo lo hará el Perú? Es triste aceptar que dependemos, en término de leyes, del poder Legislativo; pero creo que eso no puede ser razón ni excusa para quedarnos de brazos cruzados. Juntos podemos construir aquella sociedad que tanto anhelamos, más allá de las leyes, porque antes de un reconocimiento ante la ley es muy importante un reconocimiento ante la sociedad, aquella que no solo está conformada por las autoridades, sino por toda la gente, de cualquier edad y religión.

    Al finalizar este breve texto, a mi mente llega una frase del dramaturgo noruego Henrik Ibsen, quien, teniendo como escenario la sociedad burguesa del siglo XIX, dijo “la sociedad es masculina y hasta que no entren las mujeres no será humana”. Yo diría, en pleno siglo XXI, que “hasta que no se reconozcan los derechos de los niños y de quienes conforman el LGTB, la sociedad no será humana” ¡Únete a la lucha! ¡Unión civil YA!


      ¡Ah! Y no se necesita ser homosexual para defender los derechos humanos… 

(continuará...)

lunes, 2 de febrero de 2015

Una guitarra I



        Lo conocí como por arte de magia, una tarde de agosto, bajo la belleza del cielo en su máxima expresión. Tal vez fue el espíritu de Howgarts (considerando que UWC AC se encuentra en territorio británico) o las casualidades de la vida. No lo sé. Lo cierto es que aquel día me convertí en un agricultor. Sembré, pues, una semilla de amistad, y cada día los rayos del sol y el agua nutrían aquel simiente a través de cada consejo, cada conversación (en inglés y español), cada broma, cada lágrima.

     Algunas personas se preguntarán ¿Cómo es posible que un árabe y un peruano se encuentren en un mismo lugar y que, además, convivan junto a un Canadiense y un Italiano ? Ese encuentro marca, por lo tanto, una de las características de los Colegios del Mundo Unido. El encuentro de culturas, de religiones, de entendimiento a pesar de los distintas maneras de pensar.

    Recordé, entonces, el libro "El Señor Ibrahim y las flores del Corán", donde el término "árabe" no es más que una definición que recoge la vida cotidiana de los árabes en Francia, dejando de lado la verdadera esencia de su cultura. Ese libro me hizo entender que a veces solemos concebir los paradigmas como los embajadores de la realidad, cayendo en un autoengaño. Y en algún momento de la vida, de esos que no planeas ni piensas que llegarían a suceder, conoces lo que podría considerarse como la verdad.

   Sus manos parecen poseer un poder sobrenatural, al crear hermosas melodías a través de las cuerdas de una guitarra, sin necesidad de tener un pentagrama al lado. Aunque sus grandes presentaciones musicales en la escuela parecen reflejar semanas de constante esfuerzo, no es más que una inexplicable improvisación.

 Él es mi gran amigo, mi compañero de escuela y de la vida. És el Tarek, mi "Egyptian buddy"

[continuará...]

sábado, 31 de enero de 2015

¡Esa es mi Sullana querida!



         Mientras intento escribir un poema, el reflejo de esa espléndida ciudad invade mi mente, haciendo que mi corazón se estremezca. Una lágrima comienza a recorrer mi mejilla derecha, producto de la añoranza. Es esa ciudad la que me llena de esperanza, de orgullo y de energía suficiente para entender que solo hay distancia física, nada más.
        
     Allí nací hace dieciocho años, donde los rayos del sol desencadenan un sofocante calor, donde se acepta la pérdida con honor, donde la amistad florece cada día, donde el trabajo es parte de la vida y donde la chicha de jora se toma con algarabía. ¡Esa es mi Sullana querida!

     Sullana ha sido testigo de mi historia, de mi proceso de desarrollo como persona, de mi primera experiencia en el amor. Ha sido escenario de los maravillosos momentos que he vivido a lo largo de mi existencia. Ha sido fuente de mi inspiración y dueña de mi inocencia.

       
[continuará...]

viernes, 30 de enero de 2015

No sólo soy tu hijo, también soy parte de la familia...



[…]  María ayuda a su hijo a ponerse de pie, con total delicadeza, como si la piel del niño fuese un papel de seda. Un diluvio se ha formado en los ojos de Jorge y su madre, a pesar de intentar ser fuerte, rompe en llanto junto a él.
Rodrigo termina de limpiar la vitrina y un sentimiento de remordimiento empieza a invadir su interior, desencadenando un mea culpa por la zurra que le acaba de dar a su hijo. Camina hacia un lugar recóndito de la sala,  abre la maleta llena de golosinas, le echa un vistazo y cuando está a punto de cerrarla, observa un papel blanco metido entre los chocolates. Le parece extraño, ya que nunca coloca papeles en ese lugar. Cree que es basura, pero después decide observarlo. Lo mira meticulosamente. El papel contiene una carta, de su hijo, que dice lo siguiente:

Querido papá:
Extraño mucho cuando sonreías con nosotros, cuando buscabas la manera de sacarnos una sonrisa en los momentos de tensión. Extraño las conversaciones sobre nuestros sueños, nuestros problemas y nuestros recuerdos.
¿Dónde quedó ese padre amoroso?
Durante muchos días intenté que oyeras mi voz, que me reconozcas como parte de la familia y no sólo como tu hijo, pero me ignoraste completamente y eso me duele mucho, papá. No te imaginas el dolor que mi corazón está sintiendo, al ver que tú y mamá no se dirigen ni una sola palabra, al ver que llegas de trabajar y no preguntas cómo nos sentimos. Me duele tu indiferencia.
Sé que mi abuelo te golpeaba cuando eras un niño y que golpeaba a mi abuela también, pero debes romper con esa cadena. La violencia no es una salida a los problemas, no es la manera de educar o corregir a los hijos. Nuestra familia necesita ternura, amor y comprensión. Si mezclamos estos tres ingredientes podemos obtener la fórmula perfecta para que cese la violencia, para lograr que la correa solo sirva para sujetar los pantalones y no para golpear.
Decidí escribir esta breve carta para que me escucharas a través de palabras plasmadas en un papel, para que reflexiones y te dieras cuenta de lo que estás haciendo. Mi madre, mi hermana y yo te necesitamos mucho y, aunque no lo creas, te amamos con toda el alma.
Con mucho amor
Jorge

Ya son las siete de la noche. Las nubes se mueven sin cesar y lentamente el cielo azul se va convirtiendo en gris. Pequeñas gotas de agua empiezan a caer, avisando la pronta llegada de la lluvia. Tras unos minutos se oyen algunos truenos y comienzan a aparecer relámpagos, formando luces que aparecen cada dos minutos y desaparecen de inmediato.

Rodrigo llora al darse cuenta de lo malo que hizo, al pensar que la violencia era la mejor manera de corregir a su hijo. Quiere remediar la situación al día siguiente, cuando quizá ya sea demasiado tarde […]

UWC Atlantic College: Primeros momentos





         “Bienvenidos a Londres” – fue la última frase que escuché decir a la aeromoza minutos después del esperado aterrizaje, exactamente hace cinco meses con 12 días.


      Nunca antes había esperado tanto para recibir un bendito sello en mi pasaporte. Recuerdo perfectamente que un policía aguardaba en una de las ventanillas tenebrosas y, cuando llegó mi tuno, comenzó a hacerme preguntas en inglés que vagamente pude contestar, debido a mi escaso conocimiento de los que muchos consideran el rey de las lenguas. Felizmente no tuve mayores problemas y pude respirar tranquilo.

       Un bus blanco esperaba en las inmediaciones del aeropuerto, para acoger en su alma a cuarenta y dos estudiantes, provenientes de cuarenta países, sin importar que la diversidad de lengua o religión pudiesen causar un desorden alimenticio. De pronto el bullicio invadió el interior de aquella máquina que no me quedó más remedio que contemplar el bucólico ambiente de la ciudad a través de una ventana de cristal, gruesa y un poco sucia.

        Eran las siete de la noche y aún los rayos de oro iluminaban la bella e histórica capital británica. Me parecía estar soñando, por lo que pensé en darme una bofetada para comprobar si mi hipótesis era cierta, pero luego me di cuenta de que no era un sueño… Era realidad.
Todos estábamos emocionados, preguntando a cada instante ¿Qué hora es? o ¿Cuánto falta para llegar?, esperando con ansias aquel típico recibimiento, organizado por nuestros queridos “segundos años”.
[Continuará…]