En más de una oportunidad he escuchado decir
que las personas que no hablan son “anti sociales”. ¿Es eso cierto? Cada vez
que escucho a alguien pronunciar dicha frase, mi cuerpo empieza a sentir una
tristeza muy grande por las personas que jamás en su vida tuvieron la
oportunidad de hablar. No es que me refiera solo a los mudos, que por cierto
deberían sentirse indignados e incluso molestos con quien inventó esta palabra
ambigua, sino también por los oprimidos, por quienes expresan sus ideas y
emociones sin necesidad de “gastar saliva”.
Un día, mientras buscaba una palabra en el
diccionario, sentí la necesidad de matar a la palabra “anti social” para después descuartizarla y, utilizando el cuchillo
de la razón, dividirla en anti y en social. Entonces deposité mi confianza en
la Real Academia de la Lengua Española y encontré dos significados diferentes:
Social.- Perteneciente
o relativo a la sociedad.
Anti.- Opuesto
o contrario
¡Interesante! ¿Acaso los niños, los tímidos,
los mudos y todos los que no hablan por desconocidas razones no son parte de la
sociedad? ¿Qué poder tenemos para soltar tan inapropiada palabra que no tiene
ninguna relación con el “no hablar”? Bien, seguro a muchos los asuntos de la
lengua no les importa, pero de hoy en adelante, cuando a alguien se le ocurra
nombrar “anti social” a alguien que no pronuncia una sola palabra usando su
boca, entonces no sentiré tristeza por los oprimidos y los mudos sino por quien la
dice.
La ignorancia a veces nos hace sentir importantes.
Continuará…