Mientras intento escribir un poema, el reflejo de esa espléndida ciudad invade mi mente,
haciendo que mi corazón se estremezca. Una lágrima comienza a recorrer mi
mejilla derecha, producto de la añoranza. Es esa ciudad la que me llena de esperanza, de orgullo y de energía suficiente para entender que solo hay distancia física, nada más.
Allí nací hace dieciocho años, donde los rayos
del sol desencadenan un sofocante calor, donde se acepta la pérdida con honor,
donde la amistad florece cada día, donde el trabajo es parte de la vida y donde
la chicha de jora se toma con algarabía. ¡Esa es mi Sullana querida!
Sullana ha sido testigo de mi historia, de mi proceso de desarrollo como persona, de mi primera experiencia en el amor. Ha sido escenario de los maravillosos momentos que he vivido a lo largo de mi existencia. Ha sido fuente de mi inspiración y dueña de mi inocencia.
[continuará...]
No hay comentarios:
Publicar un comentario