martes, 3 de febrero de 2015

#Unión Civil YA



       A raíz de las protestas por el “Nuevo régimen laboral juvenil” (que, por cierto, celebro que se haya abolido), parece haber quedado en el abandono un tema que también es importante y que además originó varias marchas durante el año pasado. Marchas que, más que protestar, exigían el reconocimiento de un sector significativo que existe, pero que aún no es considerado como parte de la sociedad. Hablo del proyecto de ley de la Unión Civil.

   La propuesta del congresista Carlos Bruce desató una enorme polémica en la que hasta el Arzobispo de Lima “metió su cuchara”, invitando al pueblo peruano a rechazar dicha iniciativa y a considerar la frase “familia real” como primera dama de la nación y abanderada de la oposición. Pero, ¿qué significa ser parte de una “familia real”? ¿Es acaso que existe la “familia falsa”?

    El concepto de familia, desde mi punto de vista, va más allá de la unión entre un varón y una mujer, quienes al hacerlo, engendrarán hijos. Una familia es un grupo conformado por personas que hacen del amor la esencia del hogar, quienes comparten emociones, logros y consejos sin esperar nada a cambio; quienes convierten las pequeñas cosas en grandes. Por lo tanto, si dos personas del mismo sexo deciden unirse, también deben ser considerados como una familia.

   Chile se ha sumado a la lista de países que han aprobado “La Unión Civil” entre parejas homosexuales. ¿Cuándo lo hará el Perú? Es triste aceptar que dependemos, en término de leyes, del poder Legislativo; pero creo que eso no puede ser razón ni excusa para quedarnos de brazos cruzados. Juntos podemos construir aquella sociedad que tanto anhelamos, más allá de las leyes, porque antes de un reconocimiento ante la ley es muy importante un reconocimiento ante la sociedad, aquella que no solo está conformada por las autoridades, sino por toda la gente, de cualquier edad y religión.

    Al finalizar este breve texto, a mi mente llega una frase del dramaturgo noruego Henrik Ibsen, quien, teniendo como escenario la sociedad burguesa del siglo XIX, dijo “la sociedad es masculina y hasta que no entren las mujeres no será humana”. Yo diría, en pleno siglo XXI, que “hasta que no se reconozcan los derechos de los niños y de quienes conforman el LGTB, la sociedad no será humana” ¡Únete a la lucha! ¡Unión civil YA!


      ¡Ah! Y no se necesita ser homosexual para defender los derechos humanos… 

(continuará...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario